lunes, 25 de mayo de 2009

¿QUÉ ES NO CONOCER LOS COLORES?

A MANERA DE INTRODUCCIÓN:

Decía D. Ramón de Campoamor:

"En este mundo traidor
nada es verdad ni mentira;
todo es según el COLOR
del cristal con que se mira"

Evidentemente, D. Ramón no se refería aquí al COLOR como espectro solar. Luego dejemos aparte los poemillas breves de sus "Humoradas", que a mí me gustan mucho, aunque sean bastante superficiales y faltos de lirismo.

Pues bien, hacía mucho tiempo que no se me daba el caso de que un niño, en el aula de P.T., no conociera los colores; y, en este curso escolar, he tenido uno.

Agraciadamente, hace unos pocos meses que ya los conoce, pero entonces no tuve más remedio que indagar en ese tema en cuestión para enseñárselos como es debido. Dicho tema es el que voy a exponer en este magnífico Blog por si sirviera para alguien más.

¿Qué es no conocer los colores?

Cuando un niño/a, de P.T. o no, no "conoce" los colores, esto no quiere decir que no los distinga: Todo el mundo (a no ser que haya una anomalía de la visión), distingue los colores. Cuando se dice que un niño/a no conoce los colores, significa, bien que no los utiliza como proceso de diferenciación, bien que no posee el concepto de color, o bien que, aún sabiendo a qué se refieren las palabras que designan los colores, no sabe asociar el nombre que conviene a tal percepción coloreada en una lengua determinada.

Analicemos más en detalle estos tres comportamientos:

- El niño/a no utiliza los colores como criterio de diferenciación.
Supongamos el ejercicio siguiente: se toman fichas rojas, azules y blancas y se le pide al niño/a que ha de jugar a hacer montones "iguales"; antes se ejecuta el ejercicio delante de él o ella para que sepa de de qué se trata. Si el niño/a no realiza el ejercicio, es que no ha captado el principio de diferenciación que se ha de utilizar.

- El niño/a utiliza el color como criterio de diferenciación sin que, sin embargo, llegue a alcanzar el "concepto de color". Es el caso del niño/a que sabe que hay que pararse ante el disco rojo del semáforo y pasar ante el verde, pero que, aparte de esta circunstancia particular, es incapaz de designar el rojo o el verde entre otros colores. En realidad, se trata de un simple comportamiento condicionado.

- El niño/a utiliza el color como criterio de diferenciación y ha aprendido el "concepto" de color, es decir, que sabe que ciertas palabras muy determinadas se refieren en todas partes y en todos casos a una percepción coloreada, pero no sabe asociar tal palabra de su lengua a tal parte del espectro solar; y, a la pregunta: "¿De qué color es?, el niño/a responderá cualquier nombre de color, o bien confundirá sistemáticamente dos colores, por ejemplo, el rojo y el amarillo, o el azul y el verde.

Sencillos ejercicios destinados a llevar al niño/a a atribuir una significación a la percepción coloreada:
Material: fichas o elementos de plástico.
Al principio se tomarán fichas de dos colores, luego de tres. Se le dirá al niño/a que va a jugar haciendo montones "iguales" y se comienza a hacer el ejercicio delante de él/ella. Puede suceder que no comprenda todo enseguida y coloque las fichas en cualquier sitio sin ocuparse del color. Entonces, hay que rectificarle hablando todo el tiempo para explicar lo que tiene que hacer, con el fin de que el niño/a pueda interiorizar las órdenes verbales. Se dirá por ejemplo: "No, mira, ese no es igual, vamos a ponerlo con los otros que son iguales, etc."
Material: láminas de identificación.
Se colocará la imagen del juego de lotería recortada sobre el tablero no recortado y se le dice al niño/a que encuentre la muñeca (o cualquier otro objeto) "igual" a ella, estando nosotros delante de él/ella mientras hace el ejercicio, rectificando los errores si no lo comprende, siempre comentando lo que hace y empleando los nombre del color.
Puede que algunos niños/as tarden mucho tiempo en comprender lo que se les pide. En este caso, no hay que desanimarlos, ni obstinarse en el mismo ejercicio hasta que lo haga bien. Entonces pasaremos a otro ejercicio, luego volveremos a aquél otra vez y con frecuencia constataremos que, de pronto, el niño/a ha comprendido y ha realizado el ejercicio.

Sencillos ejercicios destinados a guiar al niño/a para conseguir el concepto de color:
Material: conjuntos lógicos, juego de las multifamilias.
Sabemos que los conjuntos lógicos difieren por el color, la forma, la dimensión y la densidad. El ejercicio permitirá al niño/a dar valor al "concepto" de color entre los otros que van asociados en los objetos que se presentan. De igual manera sucede para las multifamilias: tomemos, por ejemplo, los "molinos" o las "velas". Para los molinos, encontraremos tres, de colores distintos; para las velas dos colores, entre otras diferencias. Si el niño/a hace bien los ejercicios, quiere decir que desde ese momento es capaz de analizar la percepción global y de extraer una "categoría" que sirve para juzgar la experiencia. El niño/a ha llegado a la idea del rojo o del azul "en sí", desprendida de toda experiencia particular.

Andrés.